El mundo es un alambrado de espinas
En cuya telaraña reptan niños ciegos
Llueve el sol un alba sin vestidos
Y un violín ensaya una plegaria
Pero es mudo
El ojo estrábico de Dios perdió su eje
Los cuervos devoran las palomas
La bondad borra las líneas de su mano
Y Géricault intenta una Balsa redentora
Pero muere
Todo es abismo
Ironía de la historia
La cadena de oro de tu infancia
Se inclina con tu cuello
Para fecundar mi boca
Germinamos
Acaso el amor consuele tanta sombra
Acaso el dolor solloce a carcajadas
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CRISTINA CASTELLO
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Oeuvre Jean-Paul Neglot Tolgen